lunes, 29 de junio de 2009

ALREDEDOR DEL 25 POR CIENTO DE LA POBLACIÓN MAYOR DE VEINTE AÑOS PRESENTA ALGÚN TIPO DE DOLENCIA REUMÁTICA.

El impacto de las enfermedades reumáticas tanto a nivel económico como social y psicológico en España es de una enorme trascendencia. Diversos estudios realizados coinciden en señalar la alta prevalencia de patologías del aparato locomotor en nuestro país, ya que casi el 25 por ciento de la población mayor de veinte años presenta algún tipo de dolencia reumática.

Los expertos señalan que el 20 por ciento de las consultas de medicina en Atención Primaria se relacionan con algún problema osteomuscular, constituyendo no menos del 15 por ciento de las asistencias a urgencias. De todas las enfermedades reumáticas, la artrosis es la artropatía más frecuente, hasta el punto de que más del 70 por ciento de los mayores de 50 años presenta signos radiológicos de artrosis en alguna localización, siendo además la principal causa de incapacidad en personas de edad avanzada.

En este sentido, múltiples estudios de reciente aparición establecen la existencia de inflamación en la artrosis en estadíos iniciales de artrosis que además desencadenan un progreso más rápido y destructivo en la enfermedad.

Por otra parte, los expertos señalan que la prescripción de AINE, inicialmente indicación preferente en la patología reumática inflamatoria, ha de basarse en criterios racionales de eficacia y seguridad, de forma individualizada, y atendiendo a las características e idiosincrasia del paciente reumático, valorando su edad, comorbilidad cardio-vascular y renal, y sobretodo teniendo en cuenta el riesgo gastrointestinal que pudiera presentar. Por tanto, parecía de utilidad el incorporar un apartado sobre las diferentes terapéuticas a emplear para un correcto manejo del paciente reumático, como masaje, reflexoterapias, estiramientos, y ejercicios suaves como shiatsu, taichi, yoga, etc...según la evidencia disponible.

EL DOLOR CRÓNICO PODRÍA PROVOCAR DEPRESIÓN Y OTROS TRASTORNOS AL ALTERAR EL EQUILIBRIO CEREBRAL.

Las personas con dolor crónico presentan fallos en la desactivación de determinadas áreas cerebrales.

El dolor crónico podría provocar depresión y otros trastornos como los problemas de sueño o la dificultad para tomar decisiones al alterar el equilibrio cerebral, según sugiere un estudio de la Universidad Northwestern en Chicago (Estados Unidos) que se publica en la revista The Journal of Neuroscience. Los investigadores han descubierto mecanismos cerebrales que podrían explicar cómo el dolor a largo plazo puede desencadenar estos otros síntomas.

Los investigadores descubrieron que en un cerebro sano todas las regiones se encuentran en un estado de equilibrio. Cuando una región se activa, las otras se mantienen en reposo. Pero en las personas con dolor crónico, una región frontal de la corteza en gran medida asociada con la emoción, nunca descansa, según señala Dante Chialvo, autor principal del estudio. "Las áreas afectadas fallan cuando deben desactivarse", señala. Es la primera demostración de que existen alteraciones en el cerebro de los pacientes de dolor crónico que no están asociadas directamente con la sensación de dolor.

Los científicos utilizaron imágenes de resonancia magnética funcional para evaluar los cerebros de personas con dolor crónico lumbar y un grupo de voluntarios sin dolor mientras que ambos grupos seguían una barra en movimiento en una pantalla de ordenador. El estudio mostró que quienes sufrían dolor realizaban la tarea bien pero "a expensas de utilizar su cerebro de forma diferente que el grupo sin dolor", señala Chialvo.

Cuando ciertas partes de la corteza se activaban en el grupo sin dolor, algunas otras se desactivaban, manteniendo un equilibrio cooperativo entre las regiones. Este equilibrio también se conoce como la red del estado de descanso del cerebro. En el grupo de dolor crónico, sin embargo, uno de los nódulos de la red no se desactivaba como sucedía en quienes no padecían dolor.

Chialvo cree que los cambios derivados en la red neuronal "podrían hacer más difícil la toma de decisiones o estar de buen humor por la mañana. Podría ser que el dolor causara la depresión y las otras anomalías porque altera el equilibrio del cerebro en su conjunto".

El investigador señala que sus descubrimientos muestran que es esencial estudiar nuevos métodos para tratar a los pacientes que no controlan su dolor pero también para evaluar y prevenir las alteraciones que pueden generarse en el cerebro derivadas del dolor crónico.